lunes, 22 de septiembre de 2025

Infoxicación e Inteligencia Artificial al límite de las Fake News

Introducción

La sociedad contemporánea se caracteriza por un flujo constante e ininterrumpido de información. A través de las redes sociales, buscadores y plataformas digitales convivimos con una sobreabundancia de datos que, en muchas ocasiones, no podemos procesar de manera consciente. Este fenómeno recibe el nombre de infoxicación. El exceso de mensajes, artículos, imágenes y vídeos produce una saturación que limita nuestra capacidad para discriminar entre lo verdadero y lo falso. En paralelo, el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) ha introducido nuevas dinámicas en la creación y propagación de contenidos. Los algoritmos no solo filtran la información según nuestros intereses, sino que también pueden generarla, lo que aumenta la sofisticación de fenómenos como las fake news. Este artículo reflexiona sobre las relaciones entre infoxicación e inteligencia artificial, poniendo especial atención en cómo se difuminan las fronteras entre realidad y manipulación. El objetivo es invitar a futuros profesionales de la información y la documentación a replantear su papel en un ecosistema donde las noticias falsas circulan con rapidez y donde su impacto social, político y cultural resulta cada vez más profundo.


Análisis personal

La infoxicación representa uno de los retos más complejos de la era digital. Su origen no radica simplemente en la abundancia de datos, sino en la imposibilidad de asimilarlos y evaluarlos críticamente en tiempo real. Como futuros documentalistas y bibliotecarios, los estudiantes deben comprender que el valor no está en el acceso ilimitado a la información, sino en la capacidad de seleccionarla, validarla y contextualizarla. En este sentido, la inteligencia artificial puede ser al mismo tiempo aliada y amenaza.

La IA, aplicada en motores de búsqueda y sistemas de recomendación, nos ayuda a filtrar la información más relevante. Sin embargo, al basarse en algoritmos diseñados para maximizar la interacción, refuerza nuestros sesgos y nos encierra en burbujas de filtrado. Más aún, la aparición de inteligencias artificiales generativas incrementa la complejidad del fenómeno: hoy no solo reproducen noticias, sino que también las inventan con apariencia de autenticidad. Imágenes falsas, vídeos manipulados y textos fabricados con coherencia narrativa son ejemplos de esta transformación, que desafía nuestra confianza en lo que vemos o leemos.

Vídeo 1. Alfons Cornella, autor del concepto "infoxicación" en una entrevista sobre la Inteligencia Artificial, hace 8 años, en la que su opinión visionaría, hoy en día se está cumpliendo indefectiblemente

Desde la biblioteconomía y documentación, esta realidad plantea un giro ético y profesional. Ya no basta con organizar colecciones o diseñar catálogos; resulta indispensable asumir el rol de mediadores críticos que enseñan a identificar fuentes fiables y a manejar herramientas de verificación digital. Además, la alfabetización informacional se convierte en un recurso imprescindible: formar a los ciudadanos para que reconozcan patrones de desinformación, para que comprendan la lógica algorítmica y aprendan a convivir con el riesgo de la manipulación.

Al analizar este problema en conexión con otras disciplinas, podemos observar paralelismos claros con la comunicación social, la ética y la política. La manipulación informativa alimentada por IA incide en procesos electorales, en la percepción pública de conflictos y en la construcción de opinión colectiva. Por ello, la responsabilidad del profesional de la documentación se amplía hacia la defensa de la democracia y de la transparencia. Esta situación nos obliga a replantear la clásica imagen del bibliotecario como custodio del conocimiento: ahora se espera que sea un agente activo frente a la desinformación, un guía entre océanos de datos inciertos.


Conclusiones

La convergencia entre infoxicación e inteligencia artificial al límite de las fake news exige una reflexión profunda sobre el papel de los profesionales de la información. La saturación de datos y la capacidad de la IA para producir contenidos falsos obligan a adquirir competencias críticas y éticas, más allá de lo estrictamente técnico. Frente a un universo informativo donde la verdad se relativiza y la mentira se disfraza de verosimilitud, nuestra tarea se centra en educar, verificar y mediar. La pregunta que queda abierta para el debate es clara: ¿Cómo formar ciudadanos y profesionales capaces de resistir la manipulación informativa sin renunciar a las ventajas de la inteligencia artificial?


Referencias

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